Akenatón, también conocido como Amenhotep o Amenofis IV, fue un faraón egipcio perteneciente a la XVIII dinastía en el Imperio Nuevo de Egipto que reinó entre los años 1353 – 1336 a.C. (aproximadamente).

Es conocido por ser el faraón hereje debido a la reforma religiosa que llevó a cabo basando el culto en el dios Atón, dios sol.

Subió al trono cuando tenía apenas 18 años. Era conocido como Amenhotep o Amenofis en honor a su padre, el faraón Amenofis III.

Estaba casado con la bella Nefertiti. Tras cinco años de reinado, decidió cambiar el orden establecido e imponer una nueva religión. Decidió dejar a un lado al numeroso panteón egipcio y centrar el culto en el dios sol, Atón.

El nuevo culto se centraba en la superioridad del dios Atón por encima de los demás dioses egipcios, es decir, una religión con una base monoteísta. El propio faraón sería el intermediario del dios.

Ordenó cerrar los templos de los demás dioses, confiscar todas sus propiedades y destruir todos los símbolos que estuvieran relacionados con el resto de dioses, en especial con el dios Amón-Ra. Así el faraón podía recuperar el poder perdido a manos de los sacerdotes de este dios.

Llegó incluso a cambiar su propio nombre por el de Akenatón, el que es grato a Atón. Incluso, decidió trasladar la capital a una nueva ciudad, Aketatón, que estaría situada entre las dos capitales del Imperio Egipcio, Tebas en el Alto Egipto y Menfis en el bajo Egipto.

A lo largo de su vida no había tenido herederos varones, únicamente tuvo hijas. Debido a que no había heredero, el trono pasó a su yerno, Tutankamón, quién deshizo lo realizado por su antecesor y el país volvió a su estado anterior. Por tanto, podríamos decir que Akenatón fue el padrastro del famoso Tutankamón.

En 1 Reyes 6;1 tenemos el dato de que el Éxodo se dio 480 años de que el rey Salomón fundara el templo de Jerusalén. Muchos historiadores datan esta fecha del 1.450 a.C o equivalente. Se aproxima mucho a la fecha del reinado de Akenatón.

Se dice que el vocablo Moshé en hebrero significa «De las aguas lo saqué«, como se menciona en Ëxodo 2:10. Sin embargo, en hebreo esa expresión es «Mashá». El vocablo Moisés deriva de «Mosé» que significa «niño». Por eso Tutmosis, como faraón, se traduciría como Tut-mose, es decir, niño de Tot.

Durante unas excavaciones realizadas en 1927 por la Universidad de Pennsylvania se descubrió un disco con poemas de la sacerdotisa Enheduana, hija de Sargón rey de Sumer, donde se dice que se ha grabado la siguiente inscripción en una tablilla cuneiforme sobre el origen de su padre. Veamos lo que dice esa tablilla:

Sargon, el rey poderoso, el rey de Agade, es yo.

Mi madre era (clase social alta), mi padre que yo no conocí.

El hermano de mi padre amó las colinas.

Mi ciudad es Azupiranu, que se sitúa en las orillas del Eufrates.

Mi madre me concibió, en secreto.

Ella me dejó en una cesta, con betún ella selló la tapa.

Ella me echó en el río que se levantó no (encima) yo,

El río me llevo hacia arriba y conducido por Akki,

Akki, me sacó mientras que él sumergió el suyoe[w]er.

Akki, [ me tomó ] como su hijo(y) me alzado.

¿A alguien le suena el que un niño fuera dejado en una cesta arrojada a un río? Correcto, es la leyenda de Moisés.

El problema radica en las fechas, puesto que el imperio de Sargón I se sitúa en 2371-2316 a.C. Como primero en el tiempo fue Sargon I, está claro que los hebreos simplemente otorgaron a un personaje ficticio, Moisés, todas las cualidades necesarias que siglos antes había predeterminado la cultura de la que procedieron: la mesopotámica. A esto se le sumó otro imperio que, en siglos anteriores (en los que supuestamente vivió Moisés) conquistó las tierras en las que ellos habitaban convirtiéndose así en los antiguos enemigos que posteriormente reflejaron los textos bíblicos.

En 1650 a. C. el norte de Egipto fue conquistado por tribus de un pueblo que era llamado el de los «hicsos» por los egipcios, al parecer una mezcla de semitas y de hurritas. Los hicsos fueron expulsados por Amosis I (1550 – 1525 a. s. C.), el primer faraón de la décimo octava dinastía con la que comienza el Imperio Nuevo. Amosis destruyó la capital de los hicsos en Avaris y sus sucesores conquistaron la ciudad de Saruhen (cerca de Gaza), y destruyeron confederaciones canaanitas en Megido, Hazor y Qadesh.

Tutmosis III (1504 a.C. al 1450 a.C.) estableció el imperio de Egipto sobre el occidente del Cercano Oriente, derrotando a la confederación cananea en Megido y tomando la ciudad de Joppa, trasladando la frontera desde el Sinaí a la curva de Éufrates, logrando la máxima extensión territorial en la zona. No son pocos los eruditos que lo mencionan como el emperador del Exodo; así que aquí tendríamos al faraón que expulsó a los hicsos, es decir a los hebreos de sus tierras. Moisés representaría al pueblo invasor de Egipto.

El General Toth del faraón Thutmose III (alrededor de 1440 a.e.c.) ya deja constancia de que había que tener cuidado con ellos por ladrones. Es el hijo de Tutmosis III, Amenhotep II quien en 1420 conquista únicamente a más de 3.000 hicsos.

Concluyendo, Akenatón bien pudo ser Moisés. Por ese motivo los egipcios destruyeron todos los rastros de Akenatón y su culto monoteísta. Es más, los hicsos (los hebreos) serían expulsados de su tierra hacia un éxodo que todos conocemos. Por si fuera poco, los hebreos quisieron magnificar a su héroe, atribuyéndole leyendas mesopotámicas como la sincretizada desde Sargón I.

Como sucede en estos casos, lo que aquí se escribe es una teoría más. Tú decides en base a esta información, lo que pueda contener de realidad.

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