LA SOLUCIÓN A LAS GIOCONDAS DE LEONARDO DA VINCI

No pretendo haber descubierto el gran secreto de Leonardo da Vinci y su Gioconda, pero es probable que, en este artículo de investigación, encuentres las claves del por qué Leonardo iba con este cuadro a todas partes y cuál es el original, de las muchas obras y réplicas que pueden verse en distintos museos. Pero comencemos desde el principio.

En 2016 se creó una fundación suiza de un consorcio privado de la Mona Lisa de Isleworth, una versión de la Gioconda de Leonardo. La fundación quería probar la evidencia histórica y científica de esta «primera versión», como la llamaban.

La «primera versión» ha sido conocida por décadas como la Mona Lisa de Isleworth, en referencia al lugar donde residía Hugh Blaker, el coleccionista inglés que la descubrió poco antes de la Primera Guerra Mundial.

Posteriormente, la obra fue adquirida por el estadounidense Henry F. Pulitzer, que se la cedió a su amada. Y, a su muerte, fue adquirida por un consorcio que la guardó en un banco suizo hasta 2003.

Según se cree, Leonardo comenzó a pintar hacia 1503 el retrato de Lisa Gherardini a petición del marido de ésta, el marchante de telas florentino Francesco del Giocondo, pero dejó el cuadro a medias porque se vio obligado a abandonar Florencia para instalarse en Milán. O, al menos, esto es lo que se dice en la versión oficial, lo cual es algo extraño, dado que los pintores cobraban por adelantado. Y, caso de no concluirse la obra encargada, podía acarrear problemas con la justicia.

Sin embargo, la versión oficial argumenta, para defender la autoría de Leonardo, que en una carta del biógrafo Giorgio Vasari, contemporáneo del artista, se dice dos veces que la obra «estaba inacabada». ¿Pero a qué obra se refería? ¿A la que llevaba consigo siempre o a la que entregó a Francesco del Giocondo?

Para enredarlo todo más, otro dato afirma que la Gioconda estaba finalizada en 1517, como se dice por parte de Antonio Beatis, que recuerda que la obra fue pagada por Giuliano de Médicis. ¿Y por qué pagó Giulano un cuadro de un personaje que no era de su familia?

Dolores García, autora de la obra ‘El secreto de Mona Lisa’, publicada en 2004, dijo lo siguiente en una rueda de prensa: «La posibilidad de que Leonardo realizara dos retratos de la misma dama, Lisa Gherardini, era más bien una deducción lógica a partir de las escasas y fragmentarias informaciones que nos han llegado hasta nuestros días, aparentemente contradictorias«, asegura la escritora en un comunicado.

«Por un lado, la descripción que hace Vasari, el primer biógrafo de Da Vinci, del retrato de la esposa de Giocondo no coincide en ciertos detalles importantes con el expuesto en el Louvre, ya que dice que existen dos columnas a ambos lados de la figura y menciona el color sonrosado de los labios de la dama, lo que sí coincide con el mostrado en Suiza«, declara. O sea, que el retrato de Isleworth sería el primero entonces.

Además, apunta, «el testimonio de Vasari tiene el valor de la cercanía en el tiempo, ya que no conoció personalmente a Leonardo, pero sí tenía amistad con parientes del marido de Lisa Gherardini, Francesco Giocondo, y la descripción que hace del mismo no parece que sea a través de terceros, sino que tuvo la oportunidad de contemplarlo en alguna ocasión«, explica García, que, por otra parte, sostiene que la Gioconda expuesta en el Louvre corresponde a un encargo realizado por Giuliano de Medici.

Según la autora, «Giuliano era amigo de la infancia de Lisa Gherardini y todo parece indicar que Giuliano estaba enamorado de Lisa, pero ella accedió a casarse con Francesco Giocondo al no fiarse de la vida disoluta de su amigo». Y continúa: «Así, la versión del Louvre, más madura, debe tratarse de un encargo posterior al de Giocondo que le debió hacer Giuliano ya en Roma, donde Leonardo era su protegido, de la mujer que nunca pudo olvidar, obra que no entregó, posiblemente porque antes de acabarla murió Giuliano y se la llevó consigo a Cloux (Francia)«, apunta.

Pero aquí discrepo con Dolores García, como luego narraré.

Además de lo dicho anteriormente, la escritora e investigadora  (nacida en Melilla y afincada en la localidad valenciana de Torrent), destaca las diferencias entre ambas Giocondas.

«Al margen de que la del Louvre está realizada en una tabla y esta nueva Gioconda lo está sobre un lienzo, la diferencia fundamental se encuentra en la técnica empleada, mucho más evolucionada en la que se halla en el Louvre y que constituye una teoría atrevida: que el retrato que se exhibe en el museo galo fue concebido por Leonardo para ser contemplado como una imagen en relieve».

La Mona Lisa admirada por miles de turistas que diariamente la visitan en el Louvre parece claramente «más mayor» que la «primera versión».

Esta diferencia de edad es otro de los argumentos para defender la obra, pues, según la fundación, si fuera una copia, el que la plagió habría copiado exactamente la obra original.

El mismo argumento se usa para el hecho de que el bordado del vestido sea distinto; de que el tamaño del cuadro sea diferente; de que la base de una obra sea el lienzo y la de la otra el nogal; y de que en la «versión original» no se haya usado la técnica de barnizado de la Gioconda, que sólo se desarrolló a partir de 1508.

Otra de las razones que esgrime la fundación para defender la «versión original» es que el propio Rafael pintó en 1504, tras visitar a Leonardo en su estudio, a una muchacha en la misma posición que la Gioconda, pero con un fondo mucho más parecido al de la «versión original» que el que se puede admirar en el Louvre.

Rafael homenajeó a Leonardo en la obra “La dama del unicornio”, que se encuentra en la Galería Borghese en Roma y que inevitablemente recuerda a La Gioconda por la composición, la pose y el formato de tres cuartos de la retratada, que al parecer todavía era desconocida en esa época. Algunos piensan en la hermana del pintor, Elisabetta, o quizás Julia Farnesio, la amante del papa Alejandro VI, o más probablemente Laura Orsini, su hija ilegítima.
Aunque lo realmente relevante de este retrato es la figura del unicornio en el regazo de la retratada. Este animal fantástico era al parecer un símbolo de castidad, además de uno de los elementos heráldicos del escudo de los Farnesio, lo que da más credibilidad a la teoría de que la retratada es la hija del papa y la noble.

La teoría de la primera versión

Para no ser acusados de usar sólo argumentos históricos que han estado durmiendo entre polvorientos pergaminos durante 500 años, la fundación de Isleworth contrató a diversos especialistas que aplicaron las más novedosas técnicas al comparar las dos obras.

«Basándome en la experiencia, no tengo ninguna duda de que las dos personas retratadas son la misma, con diez años de diferencia por lo menos», afirmó Joe Lumis, forense especializado en imágenes que trabaja regularmente con el FBI estadounidense y que envejeció digitalmente la imagen de la «primera versión» y el resultado fue la cara de la admirada Mona Lisa.

Finalmente, la fundación recordó que Leonardo hizo más de una versión de varios de sus cuadros, y citó, entre otros, el caso de «La Virgen de las Rocas». Era bastante habitual en la época.

Cabe recordar, no obstante que, hace unos años, el Louvre amplió la horquilla de años en los que la Gioconda habría sido pintada de 1503 a 1519. Como te puedes imaginar, el Louvre no se iba a dejar mangar la originalidad de la obra que ellos conservan, así que modificó las fechas para hacerlas coincidir.

Pero a raíz de todo esto, ¿cuántas Giocondas hay?

Recapitulemos. Tenemos la Mona Lisa del Prado, la supuesta réplica más temprana conservada, que fue pintada al mismo tiempo que la original, en el mismo taller de Da Vinci y con la misma técnica. Luego está la Mona Lisa de Isleworth de la que se afirma que es una primera versión del cuadro pintada por el propio Leonardo. También tenemos la Monna Vanna, un boceto a lápiz que salió del genio florentino, del que existen dudas acerca de si fue un boceto pintado por el maestro o por alguno de sus discípulos. Y luego tenemos el homenaje de Rafael Sanzio.

¿Y a dónde quiero ir a parar?

Vayamos por orden cronológico. La primera versión parece ser la de Isleworth, pintada en el 1503, encargada para pintar a la mujer de Francesco del Giocondo. Luego tenemos la versión del Prado que, o bien fue vendida por Leonardo a Giulano de Médicis, o bien salió del taller del artista cuando hacía pintar a sus alumnos réplicas de sus obras. Cualquier posible solución sería la buena, porque es cierto que los maestros encargaban réplicas de sus cuadros a sus alumnos, donde en muchas ocasiones, los maestros del Renacimiento retocaban las obras de sus discípulos.

¿Y entonces dónde queda la versión del Louvre? Pues en la solución más sencilla y en la que nadie parece haber pensado. Todos los artistas del Renacimiento llevaban un muestrario consigo para ser contratados por posible mecenas. Recordemos que Leonardo da Vinci estuvo toda la vida viajando y deambulando de aquí para allá, pasando por Florencia, Milán, Roma, Venecia y Amboise.

Por tanto, Leonardo llevaba consigo la famosa Gioconda o Mona Lisa del Louvre como muestra de su trabajo. Así si alguien le preguntaba qué era capaz de pintar, el artista sólo tenía que mostrar su obra para dejar prendados a sus posibles clientes.

Es decir, Leonardo tuvo toda una vida para pintar y repintar la Mona Lisa del Louvre, que siempre llevaba consigo a todas partes, y que retocaba siempre que podía. De ahí que le diera igual si estaba acabada como si no, y tuvo tiempo más que suficiente para dotarla de una extraña sonrisa a modo de carta de presentación. ¡La Mona Lisa del Louvre sería su muestrario!

Con esta teoría de mi cosecha, se daría solución a todas las Giocondas haciendo que, al final, la solución sea más prosaica de lo que siempre hemos creído, más allá de los misterios que se le otorgan.

«La explicación más simple y suficiente es la más probable, mas no necesariamente la verdadera», según el principio de Ockham. Pues al final va a resultar que así es, en muchos de los grandes supuestos misterios de la historia del arte.

CC BY 4.0 Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

1 comentario

  1. muy interesante!!

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