Normalmente cuando hablamos de viajes relacionados con el misterio, imaginamos sitios lejanos, muy apartados en el tiempo, tal vez fruto de haber visto demasiadas películas en las que se nos hace creer que las aventuras siempre radican en paisajes exóticos.

Nada más lejos de la realidad. Nuestro país, España, está plagado de lugares inhóspitos, repletos de misterios aún no desvelados, y aventuras que muy pocos conocen.

Y como para muestra un botón, he aquí lo que podría llevarse a cabo en un solo fin de semana. Un viaje al Pirineo Catalán; concretamente, a un pueblo abandonado, muy próximo a La Seu d’Urgell, en dirección al pequeño país andorrano.

Solanell se encuentra en L’Alt Urgell, en la carretera que enfila hacia el municipio de Montferrer-Castellbó, un lugar idílico donde varios ríos se entrecruzan, ofreciendo una panorámica fantástica. Muy cerca de aquí se ubicará el futuro aeropuerto gestionado entre el Principado de Andorra y La Seu d’Urgell.

¿Qué ocurrió en Solanell para que sus gentes abandonaran este pueblo?

Los más antiguos del lugar cuentan que, hartos de esperar que les llegase la luz a su pueblo, lo desertaron. Y es que estas gentes vivían en casas, donde las cuadras servían como alojamiento para el ganado, casi siempre ubicadas debajo de sus viviendas, donde el calor de los animales les servía como calefacción. No cabe pensar en el olor que debían desprender los animales, en una época en la que la electricidad no acababa de llegar.

Hoy en día sólo quedan casas abandonadas, con paredes intactas, imposibles de erosionar debido al grosor de las mismas (casi un metro de piedra). ¡Todo agoniza! Una iglesia románica todavía permite ascender hasta su campanario. Un extraño esqueleto dibujado en pose de duermevela adorna el altar de la misma.

Hay seis kilómetros desde Castellbó hasta Solanell por una pista forestal, por la que se puede caminar, ir en mountain bike o en algún otro vehículo preparado para este tipo de terrenos. Encontrar esta pista no es fácil. Parte del pueblo de Castellbó, y su indicador está oculto por la maleza típica del lugar; aunque si se observa bien la carretera podrá darse con él.

Solanell fue fundada en el acta de consagración de la catedral de Santa María de la Seu, allá por el año 839. A lo largo de este camino habrá que estar muy atento a las indicaciones en piedra, realizadas por grupos de excursionistas, en los diversos desvíos que se localizan, si no queremos perdernos por el bosque.

De las diversas historias sorprendentes que señalan este lugar, vamos a apuntar dos. La primera es posible localizarla en la Wikipedia.

Según ésta, la jurisdicción feudal de la alta edad media, comprendía el Valle de Castell Lleó (desde el siglo XI Castellbó), Valle de Aguilar y Valle Pallerols. En el siglo IX se mencionan diversos nombres de vizcondes de Urgell, movibles y de designación del soberano. El conde Borrell II de Barcelona y Urgell cedió estas tierras al vizconde Guillermo I de Urgell. Sus sucesores se titularon vizcondes de Urgell. Antes de 1094 el vizcondado tomo el nombre de Alt Urgell. Su biznieto Pedro I, como el nuevo vizconde del Bajo Urgell, en el Sur del condado, tomó el nombre de Vizconde de Ager, adoptó para su vizcondado el nombre de Vizcondado de Castellbó o bien de Castellbó y Cerdaña, al unirlo con las tierras de su esposa Sibila, vizcondesa de Cerdaña. En 1135 una sentencia arbitral de Ermengol VI de Urgel le concedió la posesión de Castellciutat. Por matrimonio con la familia Caboet se incorporó al patrimonio el Valle de Cabó y el Valle de San Juan y los derechos feudales sobre Andorra como feudo del Obispado de Urgell. Por el matrimonio de Ermesenda de Castellbó con el conde Roger Bernardo II de Foix, en 1208, éste pasó a ser vizconde de Castellbó con el nombre de Roger Bernardo I. Siguieron los condes de Foix gobernando el vizcondado, extendiendo sus posesiones hasta Oliana y Coll de Nargó a mediados del siglo XIII, y adquiriendo más tarde la Vall Ferrera, la Coma del Burg y Tirvia al condado de Pallars (1272). En 1315 fue separado del patrimonio principal de los Foix (ahora dueños de Bearn y otros territorios en Gascuña) pasando a una rama secundaria, salvo Donasà (Donauzan) y Andorra que quedaron en poder de la rama principal. En la segunda mitad del siglo XIV el vizcondado adquirió Bar en Cerdaña y Aramunt en Pallars-Jussà. En 1391 el vizconde Mateo I reunió de nuevo todos los territorios de los Foix. En 1396, tras fracasar en un ataque al conde de Barcelona, Bar y Aramunt fueron recuperados por la corona catalana, así como otros territorios del vizcondado. En 1426 adquirió Gerri, en 1430 Bellestar, y en 1435 Rialb y el Valle de Assua (estas dos últimas no fueron entregadas por la corona hasta 1460). En 1462 la Generalitat cedió el vizcondado a Hugo Roberto III de Pallars, pues el vizconde era partidario de Juan II, pero la medida no fue efectiva y los Foix continuaron gobernando, derivando en reyes de Navarra.

Algunos investigadores de lo oculto, a través de grabaciones psicofónicas, argumentan que han recogido grabaciones de este tipo, en las que se escuchan batallas medievales en las cintas.

Otra historia sorprendente, relacionada con Solanell, es más reciente. Entre 1918 y 1919, siete desolladores de ovejas, al acudir al rosario del día de la Ascensión, y entre el que se encontraba el acordionista Agustinet de Pallerols del Cantó, comenzaron a cantar, en la puerta de la iglesia, canciones de broma y picantes. Por lo visto, había un tema que decía:

Mossèn Anton, mossèn Anton

on tens la dona,

la tinc al llit, la tinc al llit que no està bona.

Que li’n donarem, que li’n donarem per medicina

un parell d’ous, un parell d’ous i una sardina.

Se burlaban de las relaciones adúlteras que el capellán mantenía con su mayordoma, casada, y en conocimiento de todo el pueblo. Salió el eclesiástico con una garrota, y después de aporrearlos, estos convirtieron aquella canción en un tema que todavía puede escucharse en las fiestas populares del Alt’Urgell, y que dice así:

El dia de Sant Cincogesma

a Solanell vàrem anar,

i un gall negre va sortir a la porta

que ens volia fer agafar.

Fora d’aquí, fora d’aquí, fora d’aquí,

si no voleu venir al rosari.

Fora d’aquí, fora d’aquí, fora d’aquí,

si al rosari no voleu venir.

I un gall negre va sortir a la porta,

mig en camisa, mig en camisa,

i un gall negre va sortir a la porta,

que ens va dir:

Si no voleu marxar,

espereu-vos-hi una miqueta,

si no voleu marxar la justícia

us hi en traurà.

I un…..

(repetición)

Nosaltres teníem raó,

vàrem fer una gran resistència,

nosaltres teníem raó

però el capellà tenia un bastó.

I un…

(repetición)

A esta canción se le conoce como “El Gall Negre” (el gallo negro), un valls popular que hace referencia a Mossen Antón Vidal i Alegret, y que falleció el 17 de enero de 1942, siendo párroco de Solanell, hasta entonces. La canción fue prohibida en tiempos del fransquismo por su burla constante a lo que representaba la Iglesia.

Cuenta la leyenda, que en noches de luna llena, Mossen Antón, natural de la Pobla de Segur, se pasea por el pueblo abandonado, haciendo repicar sus campanas, que se oyen a muchos kilómetros a la redonda, a altas horas de la madrugada.

Si se quiere pasar un fin de semana diferente, un viaje a este lugar es una grata sorpresa. En las noches de verano se puede acampar en las inmediaciones de Solanell, y disfrutar de la noche, si uno se atreve a quedarse en los verdes prados junto al pueblo.

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