31 de diciembre del año 1999. Me encuentro en la meseta de Gizah. Son las 22:30 horas y estoy esperando el comienzo del concierto de Jean Michel Jarre. Mi recuerdo de esta ópera electrónica llamado “Los doce sueños del sol” es inolvidable. Serán doce horas de espectáculo para celebrar la llegada del año 2000 y la 7.000, aproximadamente, de la era faraónica.
Al día siguiente tengo que volver a Madrid por culpa de unas elevadas fiebres. No quisiera acabar en un hospital egipcio. Sólo me afirmaré en que, aunque de esta guisa, el viaje mereció la pena. Eso sí, antes de partir compro una réplica a escala de la Piedra Rosetta, y que formará parte de mi colección arqueológica.… Leer más....