En el año 575 los griegos llegan a las costas catalanas, estableciéndose estos en Emporión, conocido ahora como Empúries. Estos griegos se tropezaron ya entonces con los íberos, que trabajan en agricultura y ganadería, y en extracción de hierro, plata, cobre y oro. Los íberos acuñan monedas desde el siglo III a.C. con la inscripción Barkeno, refiriéndose al lugar que ahora ocupa Barcelona. Los íberos layetanos se despliegan desde la desembocadura del Llobregat hasta la población de Blanes, teniendo un alfabeto totalmente diferente al resto de los íberos, compuesto por 28 signos y escribiéndose de izquierda a derecha, todo lo contrario de las zonas meridionales españolas.

Sin embargo, el mito de la fundación de Barcelona se remonta a Hércules, cuando con Jasón y el resto de los argonautas, éste parte en busca del Vellocino de Oro hacia la Cólquide. La novena nave de esta flota (la barca nova o nona) se pierde en una tormenta cerca de la costa barcelonesa y Hércules descubre la embarcación de Cástor y Pólux, los gemelos dioscuros, en una bahía al lado de una pequeña loma, dando nombre a la ciudad, Barca Nona.

La realidad es que en el año 219 a.C. Aníbal Barca, cartaginés, celebró la victoria sobre Sagunto y sus combates contra los layetanos, fundando la ciudad de Barca Nova. En el 211 a.C. Escipión el Africano, hijo de Publio Cornelio, reconquista la Ciudad Condal de mano de los cartaginenses.

Bajo el dominio de César Augusto se fundan pequeñas colonias: Ilerda (Lleida), Baetulo (Badalona), Gerunda (Girona), Tarraco (Tarragona, inicialmente llamada Cese por los íberos costeanos). Hacia el siglo I a.C. los romanos se establecen junto a la montaña de Montjuïc y la desembocadura del río Lubricatus (actual Llobregat). La colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino se sitúa en el centro de una gran planicie de dimensiones no muy grandes, pero que puede defenderse bien. Colocan dos calles principales, el Cardus y el Decamanus, en las cuales entrecruzándose se instala el foro (actual Plaça Sant Jaume). Y junto a ésta un templo, no dedicado a la figura del emperador Augusto como mal se comenta, sino uno de 17 metros de altura y 35 de longitud, con 6 columnas principales.

Las murallas de Barcino son de 8 y 10 metros de alto, con un foso situado frente al muro. Hay cerca de 78 torres que protegen esta muralla de contención. Pero ellas no pueden con los visigodos, cuando en el siglo V el mundo romano se viene abajo. Teodosio atraviesa Barcino en el 410. Maximo, el emperador, con capital en Barcino, es capturado y ejecutado. El rey godo Ataulfo entra en Hispania y la conquista por completo. Gala Placidia, hermana del emperador, se casa con Ataulfo. Le siguen a éste Sigerico, Alarico II (que funda el reino de Tolosa que será depuesto cuando el franco Clodoveo le derrota en una batalla), Amalarico, Teudis (que asesinará a su predecesor y llama a su nuevo territorio Septimanía), Teudisclo (que acaba con la vida de Teudis), Leogovildo (que convierte a Toledo en su capital), Recaredo, Wamba (que tiene que sofocar a los guerreros vascos que buscan su independencia), y el último de los grandes reyes visigodos, Witiza.

En el 711, por el río Guadalete, llega Tariq ibn Ziyad, que subiendo hasta Narbona, logra conquistar toda Septimanía en el 725. No obstante, Carlos Martel, el rey franco, logra derrotar a los musulmanes en la batalla de Poitiers, estableciéndose la Marca Hispánica como frontera de guerra.

El Califato de Córdoba se pierde cuando Abu Amir Muhammad ibn Abi Mir (llamado popularmente Almanzor) saquea Barcelona y se hace con ella en el 714.

Carlomagno emprende la conquista de Septimanía, conquistando previamente Carcassona y Narbona en el 800, atacando a continuación Lleida y Huesca. Luis el Piadoso, hijo de Carlomagno, conquista Barcelona ese mismo año.

Una vez consolidada Barcelona los francos optan por instaurar un sistema de condados. El nombre de Cataluña proviene de la gran cantidad de castillos que se alzan en este territorio durante los siglos IX y X. A principios del siglo XII la lengua catalana, proveniente del latín, ya se utiliza como forma de contacto, antes incluso de que se formara cualquier nación hispánica.

El primer conde de Barcelona es Bera (801), al que le suceden Sunifred (844), Guillem (848), Odalric (852) y Guifré el Pilós (878). Guifré II (897) se quedará sólo como conde de Barcelona y Girona, bajo la protección de los francos, mientras los musulmanes vuelven a recuperar todo el control de la Hispania.

Hacia el año 978 Suliman Almanzor ataca Barcelona y hacia el 982 Girona. Barcelona capitula en dos días de asedio. El Conde Borrel II la reconquista varias veces.

Le siguen a éste, en el 1017, el conde Ramón Berenguer I, y luego Ramón Berenguer II, que se enfrentará al Cid Campeador en su lucha por la conquista de Valencia. Su sucesor, Ramón Berenguer III, templario, se anexiona la Cerdaña.

Ramón Berenguer IV se casa con Petronila, hija de Ramiro II de Aragón, uniéndose bajo el dominio de la Casa de Barcelona y creándose un estado nuevo en el 1150. El primer conde-rey será Alfonso I de Cataluña, el heredero.

La unión entre Cataluña y Aragón queda resuelta con Jaime I, que llama a este estado Corona de Aragón y Cataluña. Antes de morir, Jaime I divide la corona entre sus hijos. Jaime II decreta el Privilegio de la Unión por el que se establece que la persona que sea rey de Aragón también lo será de Valencia y el condado de Barcelona.

Pedro el Grande se casa con la infanta Constanza de Hohenstaufen, princesa siciliana descendiente del imperio alemán, y añade Sicilia a la corona. En el 1266 Carlos I de Anjou había decidido anexionarse Nápoles, con el beneplácito del papa Martín IV. Este mismo Papa, cuando ve lo que su sucesor, Pedro el Grande, hace con su boda, excomulga al monarca y entrega la corona catalano-aragonesa a Carlos de Valois, hijo de Felipe III de Francia.

La pretensión de invadir Cataluña es frenada por el templario Roger de Llúria, en la bahía de Roses. Las fuerzas francesas se retiran a Perpiñán.

Pedro el Grande divide el reino para sus hijos. A Alfonso II le corresponde Aragón, Cataluña y Valencia; y su hijo Jaime II, Sicilia. No obstante, al morir prematuramente Alfonso II, el propio Jaime II se quedará con todo. A su muerte, el hijo, Alfonso III, se casa con Leonor de Castilla para restablecer la alianza con la corona castellana.

Pedro III, el Ceremonioso, será el último conde de Barcelona, enfrentándose en una guerra continua contra Castilla. Enrique II de Castilla acabará con Pedro I de Castilla. El Ceremonioso confisca el reino de Mallorca a Jaime III, su cuñado, en la batalla de Llucmajor, en 1349.

El sucesor será Juan I que a su vez no dejará descendencia, pasando los reinos a Martín I el Humano (1396-1410). Este rey será quien acoja a Benedicto XIII en Barcelona con el cisma del Concilio de Pisa en 1409. Martín el joven será enviado a Cerdeña a paralizar una rebelión y muere en el 1409 víctima de una enfermedad. El rey se casa con Margarita de Prades, pero no tendrá descendencia, y fallece sin dejar sucesor. Con él desparecerá la dinastía de Barcelona sobre la corona.

Tras las deliberaciones de Caspe, en marzo de 1412, Benedicto XIII nombra a Fernando de Antequera como rey de la Corona de Aragón con el nombre de Fernando I, desde 1412 a 1416. A la muerte de éste llegará Alfonso V el Magnánimo, desde 1416 al 1458. Juan II, el hermano, reinará desde 1458 a 1479 enfrentándose continuamente a su hijo Carlos de Viana; será éste quien se alíe con el rey francés Luis XI para asediar Barcelona y Girona que son contrarias a su poder. La Generalitat de Catalunya ofrecerá la corona a Pedro de Portugal.

Juan II pide ayuda a Castilla, y formaliza una alianza con el matrimonio de su hijo Fernando con la infanta Isabel de Castilla. Cuando muere Juan II en el 1479, después de recuperar Barcelona el 10 de octubre de 1472, Fernando II el Católico reinará en la Corona de Aragón desde 1479 al 1516. Fernando recuperará el Rosellón y la Cerdeña de manos francesas, y los territorios de Al-Andalus.

Cuando el 26 de noviembre de 1504 muere en Medina del Campo la reina Isabel de Castilla, Fernando se hace con el control total de los reinos, y aunque Juana había sido designada reina de la corona castellana, en el 1509 Fernando el Católico la encierra llamándola “la loca”. Fernando el Católico morirá el 23 de enero de 1516 en Madrigalejo.

El siglo XV y XVI son los años de la decadencia de la Corona de Aragón, cada vez más castellanizada. Son los años de la peste, con una mortalidad del 45% de la población. Además de esto, en el 1620 la Corona reclama a Barcelona la quinta parte de los ingresos municipales. La Guerra del Rosellón contra los franceses origina que los catalanes se quejen de dar alimento a más de 12.000 soldados permanentes en la ciudad de Salses.

La corona hace prisionero al diputado Francesc de Tamarit por rechazar los planes de la Corona. El 22 de mayo de 1640 los Segadores del campo entran en Barcelona y liberan a Francesc de Tamarit. Comienza entonces la batalla “dels Segadors”, donde el famoso Cardenal Richelieu ofrece la formación de una república catalana en 1641, proclamando a Luis XIII de Francia conde de Barcelona y Cataluña.

En 1651 las tropas reales asedian Cataluña, pero un año después Barcelona se rinde ante Felipe IV. En 1659 se firma la paz de los Pirineos, donde se establece como frontera entre España y Francia las propias montañas de los Pirineos.

Los catalanes deciden entonces apoyar al archiduque Carlos de Austria en la sucesión de la Corona. El 22 de agosto de 1705 Felipe IV llega a Barcelona con 50 barcos ingleses. El 7 de noviembre de 1705, el archiduque rinde las tropas franco-españolas, y es nombrado conde de Barcelona con el título de Carlos III.

Felipe V se plantará con 25.000 hombres a las puertas de Barcelona el 2 de abril de 1706, y el 11 de septiembre de 1714 la Ciudad Condal capitula. Inglaterra, de todas formas, se quedará con Gibraltar, Menorca y la isla de Sicilia, que formarán parte del reino de Saboya. Menorca no se entregará a España hasta el Tratado de Amiens en 1802, con el fin de la guerra entre Inglaterra y Francia.

Felipe V reprime Barcelona construyendo una enorme Ciudadela militar, destruyendo un barrio entero para ello. Felipe V suprimirá la lengua catalana e impondrá el castellano como norma.

El 17 de octubre de 1897 se firmará el tratado entre la Corona española y Napoleón, conocido como el Tratado de Fontainebleau, por el que se permite el paso de las tropas francesas por el territorio español para la supuesta conquista de Portugal. Sin embargo, en 1808 se establecerán en Valladolid, Burgos y Barcelona. Fernando VII se hará con el poder, pero pronto renunciará a favor de José Bonaparte. Comienza la Guerra de la Independencia, que en Cataluña se conoció como la Guerra del Francés.

A inicios del 1812 el invasor francés retrocede, y en diciembre de 1813 firma el pacto de Valencia según el cual Fernando VII reina en España. Años después, el 7 de abril de 1823, los Cien Mil Hijos de San Luis (o sea el ejército francés al mando de Luis Antonio de Borbón) penetran en España por el Bidasoa y se reanudan las contiendas. Recuperada la corona por parte de Fernando VII, en el año 1829 se casa con María Cristina de Borbón, que se quedará como regente a la muerte de su marido, en mitad de la llamada revolución liberal (1833-1843). La cosa termina con un militar, Espartero, asumiendo la regencia en 1840.

Un último levantamiento contra Espartero, derrotado finalmente por Narváez, en 1843, hace que se exilie en Londres, declarándose a Isabel II mayor de edad y regenta de España, y proclamándose una nueva Constitución.

El 17 de septiembre de 1868, en Cádiz, el General Prim destrona a Isabel II. El 11 de septiembre de 1873 se proclama la Primera República Española, tras la abdicación de Amadeo I de Saboya. Pero en 1874 el General Pavía entra en las Cortes y se restaura la Monarquía. El 28 de diciembre de 1874 Martínez Campos realiza un pronunciamiento en Sagunto a favor del hijo de Isabel II, Alfonso.

El 9 de enero de 1875, el rey Alfonso XII llega a Barcelona para establecer el orden. Y el 7 de noviembre de 1893 los anarquistas colocan una bomba en el Liceo barcelonés.

En julio de 1909, durante el reinado de Alfonso XIII, y en protesta por el apoyo que se da con la plebe a las rebeliones cubanas, que cuentan con la ayuda de la Iglesia Católica, los movimientos populares dan lugar a la llamada Semana Trágica, con la quema de conventos e iglesias por toda Barcelona.

Ese mismo se envía tropas reservistas a combatir a la zona del Rif para contener a los marroquíes. El 6 de abril de 1914 se constituye el primer gobierno de la Mancomunitat de Cataluña, presidido por Prat de la Riba. Y el 11 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera lleva a cabo un golpe de estado.

Una vez en el poder, Primo de Rivera, después del éxito de la Exposición Universal de 1888, cree que una nueva exposición será beneficiosa para su gobierno, y él y la familia real inauguran una nueva Exposición Universal en Montjuïc, el 19 de mayo de 1929.

El 14 de abril de 1931, Alfonso XIII y su familia se embarcan en Cartagena hacia el exilio. Y se declara a continuación la Segunda República, con Lluís Companys, como alcalde de Barcelona. El 6 de octubre de 1934, Companys sale al balcón de la Generalitat de Cataluña y proclama el Estado Catalán de la República Federal Española. El 31 de octubre de 1937, Negrín traslada el Gobierno central a Barcelona. La Guerra Civil ya ha comenzado.

Entre 1937 y 1938, las bombas italianas de los aviones prestados por Mussolini al General Franco, destrozan el Barrio Gótico de Barcelona. El 26 de enero de 1939 Franco llega a Barcelona, evacuando Companys a todo su gobierno hasta Girona. La República se reunirá por última vez en Figueres el 6 de febrero. Se declara el final de la guerra un 1 de abril de 1939.

La muerte del almirante Carrero Blanco, por parte de ETA, el 20 de diciembre de 1973 acaba con las esperanzas de los franquistas de continuar su régimen. El 20 de noviembre de 1975 muere el General Franco.

Carlos Arias Navarro, Alfonso Suárez en la transición, y la recuperación de la Corona para Juan Carlos I, como nuevo rey de España, dan pie a que Josep Tarradellas vuelva a Barcelona un 23 de octubre de 1977 y se proclame Presidente de la Generalitat.

En 1980 ganarán las elecciones catalanas CIU, lo que coloca a Jordi Pujol en el poder. Y en octubre de 1983 se da por finalizada la transición española, llegando al poder el PSOE, con Felipe González como nuevo presidente.

El 25 de julio de 1992 se celebran la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona, Y después de alternarse los gobiernos entre socialistas y derechistas, el último gobierno derechista se instaura en el poder en noviembre del 2011. Felipe de Borbón se prepara para convertirse en rey de España.

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